Serrano, pasarela de la moda

J. L. Gamallo. Después de dos años de trabajos, que para los vecinos y comercios se les debe de haber parecido el doble de tiempo, las obras del megaparcamiento de la calle Serrano, sinómino de la elegancia, la exclusividad, y elitismo madrileño, han llegado a su aparente final. Los empeños de envegadura desmedida no arredran al sr, alcalde, que decidió la construcción del padre de todos los aparcamientos subterráneos en la calle Serrano, con capacidad para 3000 vehículos sólamente. La magnitud de la empresa es fácilmente comprensible,  venció todos los obstáculos que fueron apareciendo, como el hallazgo de la tapida madrileña de época de Felipe IV a la altura del Museo Arqueológico Nacional, que pudo parecer como una serie amenaza para la continuación de las obras. Finalmente el sábado 25 de septiembre Serrano presentó su nuevo y acabado aspecto a la sociedad madrileña, que se lanzó en masa a recorrerla, y divertirse con las atracciones que jalonaban su recorrido. Se han ampliado las aceras, con 10 metros en el lado de los pares, y 5 en los impares. Hay un carril para las bicicletas. También se han plantado 800 árboles, con lo que se llega a la cifra de unos 2300. También hay nuevo mobiliario urbano, y farolas de novísimo diseño. Así madrileños y visitantes disfrutaron del programa "Estrena Serrano" -cerrada al tráfico toda la jornada- con diversos puntos de atracción, como la moda (la señal distintiva de Serrano), gastronomía, cultura, música, y actividades para niños. Una alfombra fucsia atravesaba la calle desde María de Molina hasta la Puerta de Alcalá. Otro motivo para visitar Madrid es recorrer tranquilamente la calle, con sus majestuosas aceras, descansar en sus terrazas, ver los escaparates de las tiendas de lujo, y consumir si está al alcance de los bolsillos.